Los Guapos del Barrio

Yo soy del barrio, mi socio!
Aquí te lo dejo saber.
El hombre que está aquí en algo
¡ese soy yo!


De El Barrio. Tema de Ángel Canales

A D V E R T E N C I A

Lo Nuestro Advierte:

Lo Nuestro no es una discoteca ni salsoteca,
es un club para melómanos amantes de la salsa brava,
la pachanga, el boogaloo y el guaguancó.
De momento no tenemos local.

La música no siempre suena al gusto de todos.
No aceptamos peticiones musicales, si no te gusta lo que suena
puedes marcharte y no estás obligado a consumir.
Antes de venir a Lo Nuestro, baila tu último merengue,
tu última bachata y tu última monguería
porque en Lo Nuestro no vas a encontrar nada de eso.

El Aforo de Lo Nuestro es LIMITADO ¡de verdad!
No permitiremos que los melómanos estén arrinconados
La salsa es la música de la libertad en su pleno sentido.
No te extrañe si no puedes entrar.
Prueba el próximo sábado, pero ven pronto.

En Lo Nuestro no se dan clases de baile. Baila como quieras, pero ¡gózalo!

El baile puede empezar sin ti. Esto ¡seguro!

¡Agúzate!

Ritmo Caliente, caliente lo traigo yo
Y el que no sepa apretar
Que se salga del ambiente

LO NUESTRO. Salsa con nombre propio



Salsa de Colección

RAYBARRETTO MONGOSANTAMARIA JOECUBA BOBBYVALENTIN MAELO
CHEO JUSTOBETANCOURT PALMIERI BLADES WILLIECOLON HECTORLAVOE
WILLIEROSARIO MARVINSANTIAGO PACHECO TITORODRIGUEZ BENNYMORE MACHITO TITOPUENTE SANTITOSCOLON JOHNNYCOLON FRANKIEDANTE ERNIEAGOSTO VIRGILIOMARTI JOEQUIJANO HARLOW ANGELCANALES ROBERTOROENA RAULMARRERO SANTIAGOCERON RICHIERAY BOBBYCRUZ ISMAELMIRANDA PETEELCONDE FANIAALLSTARS GRANCOMBODEPUERTORICO NARVAEZ FLAMBOYAN GRUPOMANGO IRAKERE SONORAPONCEÑA CORTIJO...

El Roto y Lo Nuestro

Diario El País. 19 Enero 2008

Lo Nuestro, un concepto latino y salsero

Bienvenidos a Lo Nuestro, el blog informativo de los amantes de la salsa de colección en Barcelona (España). Cuando decimos Salsa de Colección no lo decimos por caprichos denominativos ni de marketing barato, lo hacemos porque defendemos la salsa clásica, la que se produjo y desarrolló en los años 60 y 70 principalmente en Nueva York. Así mismo, nos declaramos amantes del guaguancó, la rumba, la descarga, el mambo y el son cubanos, los ritmos padres de la salsa.

Pero esto no es sólo un blog, es sobretodo el portal informativo del Club Lo Nuestro. Por tanto, en éste blog encontrarás nuestra programación de actividades, artículos, fotos, símbolos y claves de todo lo que significa Lo Nuestro, lo que significa como concepto y como club de encuentro.


¡Salsa y placer hasta vencer!

¿Bailas o estudias?


El titular de esta nota, como ya habrá intuido el rumbero avisado, contiene dos intenciones. En primer lugar es una alteración del tópico ¿estudias o trabajas? esgrimido para iniciar una posible lid amatoria que, para el caso salsero, queda mucho mejor si le sustituyes el trabajas por el bailas.
En segundo lugar, y a esto es a lo que vengo tumbando, el titular intenta evidenciar una de las mayores blasfemias de nuestra cosa latina en Europa. Me refiero a las clases de baile y a los que se dedican a estudiar cómo bailar salsa, son cubano, chachachá, guaguancó y mambo, un fenómeno académico (¿o debería decir endémico?) que está arrasando en todo el viejo continente desde que la salsa y los llamados congresos de salsa se han puesto de moda.
En las clases de baile latino la gente aprende a marcar el ritmo, a reconocer la clave, a bailar en pareja y a hacer algunas coreografías.
Hasta aquí nada que objetar, el problema es que todos terminan bailando igual y sólo se diferencian por la vestimenta. Esto si que es grave, caballeros, pues la salsa, antes que técnica, es sabor, sentimiento y, sobre todo, libertad. La salsa se puede bailar como te de la gana porque lo importante es que la goces, que la sientas, que te llegue al alma y el shock se refleje en el cuerpo. Nada de esto ocurre en los estudiantes de baile y da grima verles la cara y los movimientos autómatas que desarrollan. Son espectaculares, pero la cara, la mirada y el rictus resultan patéticos. Cuando bailan no hacen más que mirarse permanentemente en el espejo de la sala, mientras que la pareja está esperando una mirada cómplice o seductora.

La gente que se acerca por vez primera a la pista salsera se queda acojonada cuando ve los malabares de los alumnos y huye porque piensa que si no es así no se puede bailar. Los más valientes optan por apuntarse a las clases y al cabo de dos o tres meses ya pertenecen al gremio de los patéticos bailarines. Lo de patéticos también lo digo por las patas, pues hay que exprimir la lengua (nunca mejor dicho) al máximo.
Por supuesto que la salsa
y los bailes de Caribe tienen una técnica, un tempo y unas coreografías básicas, y claro que vale la pena aprenderlas para gozar mejor, pero lo que no debemos permitir es que la técnica se convierta en una tiranía que castre el swing y el estilo personal del rumbero. Ahora lo he dicho, ¡del rumbero!


Los bailarines bailan pa fuera, los rumberos bailan pa dentro y de esto es de lo que se trata. Bailar pa dentro es sentir la música y tratar de alcanzar el clímax danzario como síntesis del goce mental y corporal, lo demás es aeróbic caribeño, ¡un deporte sin liga!
La salsa y el baile tienen una relación orgánica que da pleno sentido a su razón de ser, el baile es el componente activo, la consecuencia inevitable e irreversible de esta música cuando suena y cuando hay un cuerpo que la escucha. La música latina es una síntesis de ritmo, sabor y sentimiento a través del cuerpo, es una celebración gozosa que involucra los sentidos del bailador, que genera guiños y complicidades, que trasciende el tiempo del tema bailado y el espacio donde se baila.
A través del baile la salsa se vive y se goza, y pocas músicas tienen, como la salsa, una riqueza rítmica y coreográfica tan extraordinaria, flexible y excepcional.
Así que… en Lo Nuestro:

¡llévala pal rincón ¡y apriétala!

El Molestoso

LO NUESTRO en imagenes









Articulo en Time Out sobre Lo Nuestro. En Catalán

Time Out Barcelona, Divendres 22 de febrer de 2008Lo Nuestro
Entença, 37. Obert només dissabtes a partir de les 23 h.
Valoració TimeOut: * * * * *

La comercialització dels ritmes llatins i l’aparició de fenòmens com el reggaeton han fet més mal que bé al món de la salsa en general. Per això, l’anunci de l’obertura a Barcelona de Lo Nuestro ha estat com una benedicció caiguda del cel per als seguidors més fidels i puristes d’aquest gènere. I és que aquest local s’anuncia precisament així, com una sala de ball amb pretensió de reivindicar la salsa clàssica, la més brava, arraconant estils que s’han fet més populars darrerament com el merengue o la bachata.

I la veritat és que aquesta fórmula agrada perquè des de la seva inaguració, a començament de febrer, la sala s’omple cada dissabte d’incondicionals que semblen passar-s’ho bé i gaudir amb la selecció de música que hi posen. Hi podem trobar gent de totes les edats, des de llatins vestits de blanc de cap a peus fins a un jove que, de sobte, per iniciativa pròpia, es posa a seguir el ritme de la música amb unes maraques que s’ha tret, com per art de màgia, de les butxaques de la seva jaqueta. I és que fa temps que els locals de salsa han deixat de ser un reducte per a divorciats a la recerca d’una nova parella. Ara hi ha molts joves, joves amb pírcings al nas i samarretes estampades amb colors cridaners. A més, propostes com la que acaba de néixer, d’entrada gratuïta, de ben segur ajuden a popularitzar els ritmes llatins, encara que, en aquest cas, es tracti dels ritmes més purs, que això no vol dir que hagin de ser els més minoritaris.

L’entrada del local passa desapercebuda. No hi ha cap rètol que l’indiqui ni cap senyal que et faci pensar que, a l’interior, la temperatura està en estat d’ebullició. I és que els seguidors de la salsa ja ho saben, s’ho han anat dient i coneixen perfectament a on han d’anar. L’espai en si no té res d’extraordinari: un local fosc, llums de colors intensos, parets negres, una barra al centre... però la gent s’hi sent còmode, fins i tot els qui no estan avesats a aquest tipus de clubs, on la gent balla sense complexos per tot arreu, a qualsevol racó, i amb molta passió.

Posem notes a Lo Nuestro. Tres estrelles per a l’ambientació del local. Una gran imatge d’Héctor Lavoe presideix una sala que combina perfectament racons per seure i parlar amb altres espais per a ballar. El públic, cinc estrelles. La gent és oberta, animada i apassionada. El pitjor de la sala són els seus lavabos, que amb prou feines es mereixen una estrella. Gens recomanables per a primmirats. Finalment la música, l’ànima i el que realment justifica Lo Nuestro es mereix la puntuació màxima de sis estrelles. La selecció musical et convida a moure’t, t’enganxa i et fa somriure. Una bona medecina pels temps que corren.

A. Olivas / T. Juncà

Club Lo Nuestro

Recomanat Time Out

Valoració dels lectors: * * * * *

Els partidaris de la salsa autèntica, real i sense imitacions ja tenen un nou lloc de pelegrinatge els dissabtes a la nit. Una advertència: aquí no cedeixen a les pressions del reggaeton o als acaramelats llatins estil Marc Anthony. Aquí només val la salsa, la pachanga, el bugalú i el guaguancó, les essències del Carib urbà. I tampoc s’accepten peticions musicals. Així que si algú vol ballar sense criteri o demanar una bachata o una cumbia ja pot anar-se’n a una altra banda. Els encarregats de la selecció musical són els dos asos llatins Enrique Romero “El Molestoso” i Jacoviche. Recomanem sense reserves aquestes nits a la gent que encara faci servir la repugnant frase “és que la salsa em sona tota igual”

Lo Nuestro parió con buena onda y mejor música. Crónica de El Periódico

Un club para la salsa de colección

Lo Nuestro homenajea a la música latina más brava en un

nuevo espacio de culto para los rumberos

 Rumberos en Lo Nuestro, el sábado por la noche. Foto:  MAITE CRUZ
Rumberos en Lo Nuestro,
el sábado por la noche. Foto: MAITE CRUZ
MAYKA NAVARRO
BARCELONA (El Periódico de Catalunya. Lunes 4 Febrero 2008)
Como el buen cristiano que en su cartera guarda la estampa del santo, al buen salsero no le queda otra que encomendarse al eterno Héctor Lavoe para seguir gozando. Una gran fotografía del cantante puertorriqueño tuteló el sábado por la noche la puesta de largo de Lo Nuestro, un nuevo club latino que cede su pista de baile a la salsa clásica, la más rabiosa, la brava, la más orgullosa, la salsa de colección.
Salsa sin concesiones. Ya lo advirtieron sus organizadores, el nuevo club --Entença, 37-- no cederá a la marea del reggaeton que inunda las pistas latinas ni se dejará seducir por la voz acaramelada de los Marc Anthony de turno que venden discos pero que hacen una música que dista y mucho del sonido Harlem al que se pretende homenajear.
Enrique Romero, alias El Molestoso, guerrero del orgullo latino, está tras una iniciativa que ayudará a los ignorantes que aseguran que "la salsa les aburre porque toda les suena a lo mismo" a descubrir sonidos, ritmos, letras y composiciones ante los que necesitarán pellizcarse para comprobar que no están soñando.
La noche empezó con "Hacha y machete", un himno de los rumberos interpretado por Héctor Lavoe que ayudó a desentumecer las articulaciones. El Molestoso y Jacoviche, a los platos de la cabina musical, dedicaron parte de la sesión a Joe Bataan, conocido como Mr. New York o La Perla del Barrio, considerado todo un héroe de la salsa, el boogaloo, el soul y el funk latino. Tuvieron su momento Ray Barretto, Mongo Santamaría, Joe Cuba, El Gran Combo de Puerto Rico, Ismael Miranda, Tito Rodríguez y Rubén Blades, entre otras tantas estrellas del universo latino, tristemente apartadas de algunas pistas de baile por la absurda teoría de que algunas canciones o letras son difíciles de bailar.

MÚSICA CON CONTENIDO
Hagan una prueba. Si no lo tienen, consigan el tema --obra maestra-- de Rubén Blades El Padre Antonio y su monaguillo Andrés. Déjense llevar y descubrirán que es compatible gozar bailando mientras el cantante cuenta cosas. Blades también sonó, y al poco, los rincones del club se abarrotaron de rumberos apretados, bailando con cadencia caliente. El club solo abrirá los sábados. Y, cuidado, no se aceptan sugerencias musicales.